lunes, 27 de septiembre de 2010

“Hoy el campo está mejor que en la época de Martínez de Hoz o Menem” - Entrevista al historiador Eduardo Sartelli

Tiempo Argentino

El experto asegura que los gobiernos anteriores se apropiaron de un porcentaje de los ingresos agrícolas mayor que el de la administración Kirchner. Y explica por qué el frente rural puede resquebrajarse ante una segmentación de las retenciones.
El historiador Eduardo Sartelli es docente e investigador en la Universidad de Buenos Aires y de La Plata. Ha estudiado en detalle el conflicto que se desató con el sector agrícola en julio del 2008. Durante una entrevista que le ofeció a Tiempo Argentino, Sartelli destacó la falta de argumentos de los empresarios rurales y la oportunidad pérdida por los trabajadores del campo.

–Si uno sacara una radiografía del campo hoy, ¿cómo está conformada la estructura del sector agrícola argentino?
–Se ha acusado al campo de constituir una oligarquía, de ser un reducido grupo de personas que poseen la inmensa mayoría de la producción y de la tierra. En términos de la estructura propia del campo, tiene cierta lógica, pero en comparación con el conjunto de la economía no es así. La inmensa mayoría de los sectores de la economía argentina están mucho más concentrados en pocas manos que el campo. Hay varios miles de empresas agrícolas de gran tamaño, que son los que concentran el grueso de la producción, después hay decenas de miles de productores de menor tamaño que concentran un porcentaje menor. La Federación Agraria ha hecho rodar una cifra cuyo valor es discutible pero puede ser aproximativa: de los 90 mil productores de soja, el 20 % de ese grupo produce el 80% de la producción total de soja. Hay que pensar que ese 20% equivalen a 18 mil unidades productivas. ¿Cuántos producen autos? Cinco o seis firmas ¿Cuántos producen acero? Una sola empresa.

–¿Pero no existe un proceso de concentración en el campo?
–En relación a su propia historia y a su propia naturaleza, en los últimos años está muy concentrado, y se observa una tendencia hacia una concentración cada vez mayor. El grueso de la producción, y, por lo tanto, de la riqueza que se produce en el agro pampeano recae cada vez más en un conjunto menor de empresas. Por eso, la figura típica que la gente tiene en la cabeza cuando piensa en el agro pampeano, el chacarero, es hoy un protagonista muy menor del asunto. La vida cotidiana del campo pampeano siempre ha estado dominada por productores grandes que se esconden detrás del mito del chacarero chico y muerto de hambre, pero son productores grandes. Esta tendencia de privilegiar a los grandes, hoy día, ha sido llevado a un punto muy elevado. Actualmente, hay gente que explota 150 mil hectáreas.

–¿Cómo se explica la convergencia que hubo en 2008 entre pequeños y grandes productores?
–En parte por esto que explicaba antes. Los llamados productores menores que quedan hoy en la foto actual del campo pampeano, en realidad no son tan menores. Un productor puede poseer o arrendar bajo diferentes formas una cantidad muy superior a la que puede aparecer en cualquier cuenta. Con esto quiero decir, la idea de que un Grobocopatel no pueda unirse con un De Angeli es falsa, porque los dos son productores capitalistas, a muy diferente escala uno del otro, pero básicamente el negocio es el mismo y, por lo tanto, tienen intereses comunes. Se dividen ahora porque las diferencias existen y si el gobierno les segmenta las retenciones, a unos les resuelve un problema, y a otros no tanto.

–En el discurso del campo la queja es una constante, pero los márgenes de rentabilidad son cada vez mayores. ¿Cómo se explica este comportamiento frente al actual gobierno?
–Desde 2008 todo el debate político giró en torno a las retenciones. Pero focalizar todo en ese tema hace perder de vista que la vida económica es mucho más compleja que un impuesto, y que hay muchísimos caminos por los cuales uno puede sacarle o darle plata a alguien. Por ejemplo, si subo o bajo el dólar. O si le permito a un sector tener empleo en negro, lo estoy subsidiando. Cuando uno quiere calcular todo el sector agrario, cuanto cede o no al resto de la economía, es decir, la medida en que un gobierno “ataca” al campo reduciéndole los ingresos, tiene que observar todos estos mecanismos. Entonces, la situación del campo bajo Martínez de Hoz era infinitamente peor que bajo la administración Kirchner. Con Videla, el Estado se apropiaba del 40% del ingreso agrícola. Es una bestialidad, pero comparado con el 30 o 35% de Kirchner, es casi para festejar. (Carlos) Menem se apropió de un porcentaje mayor, por eso, para el campo, no es este gobierno el peor de todos. Y esto, evidentemente, le quita argumentos.


sábado, 25 de septiembre de 2010

HOMOSEXUALIDAD Y CRISTIANISMO

La primera (distorsión) es la tendencia a considerar como ley natural y divina lo que en realidad son normas eclesiásticas. La segunda distorsión, consecuencia de la anterior, es la no aceptación de una ética laica, válida para todos los ciudadanos y ciudadanas. La tercera (…) una lectura fundamentalista de los textos bíblicos relativos a la homosexualidad.
Estas son algunas de las afirmaciones que hacia en enero del 2006 JUAN JOSÉ TAMAYO, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid, y autor de Nuevo Diccionario de Teología
(Trotta, Madrid, 2005)

ECLESALIA, 18/01/06.- La relación entre homosexualidad y cristianismo es un tema complejo, sobre el que no se suele hablar con serenidad y equilibrio. Se opera con estereotipos, prejuicios y concepciones míticas, debido a una educación religiosa y cívica caracterizada por la homofobia. Faltan objetividad, rigor y respeto en el tratamiento sobre el tema. La tendencia es a la descalificación. Antes de informarse, la gente opina y no precisamente para comprender sino para condenar.

La Iglesia católica es una de las organizaciones internacionales que más veces se ha pronunciado públicamente sobre la homosexualidad, y siempre con tonos negativos y condenatorios. Otros organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, el Consejo de Europa, el Parlamento Europeo, etc., se han mostrado más comprensivos, tolerantes y abiertos.

El primer dato a tener en cuenta en esta materia es el amplio pluralismo que existe entre los colectivos de cristianos y cristianas (aquí me circunscribiré a los católicos). Por una parte están las posiciones de la jerarquía católica en bloque, sin fisuras, al menos externas, y de algunas organizaciones católicas que consideran éticamente desordenada la mera inclinación de la persona homosexual; califican la práctica homosexual de inmoral y abominable; acusan a los gays y lesbianas de personas depravadas, virus para la sociedad y moralmente malos; comparan a los matrimonios homosexuales con la acuñación de moneda falsa y les aplican valoraciones como éstas: corrupción y falsificación legal de la institución matrimonial, retroceso en el camino de la civilización, lesión grave de los derechos fundamentales del matrimonio y de la familia, atentado contra la armonía de la creación, quiebra de la estabilidad social en su entraña más profunda y desfiguración de la imagen del hombre y de la familia. A su vez, expresan su dolor por los perjuicios causados a los niños entregados en adopción a esos “falsos matrimonios”.

De otra parte están los planteamientos de numerosos colectivos de teólogos, teólogas, grupos de base, lesbianas y gays cristianos, que disienten de la jerarquía y la acusan de beligerante y totalitaria. Estos colectivos defienden un modelo de convivencia caracterizado por el respeto y la libertad, justifican la homosexualidad como una forma legítima de ejercer la sexualidad, reclaman el derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio tanto civil como religioso, ya que son unidades de convivencia y afecto en igualdad de condiciones que las personas heterosexuales, y a la adopción.

Los puntos de acuerdo entre la jerarquía y los colectivos citados son mínimos, por no decir
nulos. La fractura no puede ser mayor. Intentando objetivar el tema, creo que el problema
de fondo radica en una serie de distorsiones que paso a explicitar.

1.
La primera es la tendencia a considerar como ley natural y divina lo que en realidad son normas eclesiásticas. Es la estrategia de los obispos y de sus asesores -entre los que se contaba hasta su fallecimiento el banquero Rafael Termes-, para imponer a toda la ciudadanía una concepción del matrimonio y la sexualidad que pertenece a la doctrina moral de la Iglesia católica de una determinada época histórica hoy en revisión.
La jerarquía pretende poner límites a los legisladores en el ejercicio de su función, acusándolos, en el caso de la ley que regula el matrimonio homosexual, de ir contra la ley natural, de negar de manera flagrante datos antropológicos fundamentales y de llevar a cabo una auténtica subversión de los principios morales más básicos del orden social. Lo que subyace a este planteamiento es la resistencia a reconocer el Estado no confesional y a aceptar el pluralismo ideológico, religioso y moral de la sociedad española. Parapetarse en la ley natural para impedir a los legisladores cumplir con su función de debatir y aprobar las leyes en sede parlamentaria constituye una crasa negación del poder legislativo, que es uno de los poderes del Estado moderno. Además, el propio concepto de ley natural está hoy puesto en cuestión y es de dudosa validez en el terreno jurídico, pero también en el filosófico, y no digamos en el teologico.
2. La segunda distorsión, consecuencia de la anterior, es la no aceptación de una ética
laica, válida para todos los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de sus creencias
e ideologías. El proceso de secularización ha establecido una justificada separación entre
la esfera religiosa y la cívica, que los obispos harían bien en respetar y, a partir de ahí,
colaborar en la búsqueda consensuada de unos mínimos de ética laica compartidos por
todos los ciudadanos y ciudadanas, dentro del respeto a las normas morales de las distintas
tradiciones religiosas.
3. La tercera es interna al propio catolicismo y me parece fundamental desde el punto de vista teológico. Consiste en una lectura fundamentalista de los textos bíblicos relativos a la homosexualidad. Voy a poner un par de ejemplos. El primero es el de Sodoma y Gomorra (Gn 19,1-11). Según la interpretación tradicional, el pecado de los habitantes de esas dos ciudades fue mantener relaciones homosexuales. Sin embargo, según la interpretación que hoy parece más correcta, lo que se condena no es la homosexualidad en sí, sino la dureza de corazón de los sodomitas, la violación de hombre con hombre, que implica una humillación, la ofensa a los extranjeros a quienes Lot había acogido en su casa ejerciendo la virtud de la hospitalidad. La teóloga norteamericana Alice Winter demuestra que el pecado de estas dos ciudades se concreta en un sistema de injusticia y opresión defendido por una pequeña elite para asegurarse una vida en abundancia y ociosidad a costa de los pobres. En definitiva es la falta de hospitalidad para con los extranjeros lo que se condena.
El segundo ejemplo son las prescripciones del Levítico. En un texto de este libro (18,22) se califica la homosexualidad masculina como abominable. En otro (20,13) se dice que si un varón se acuesta con otro varón, ambos cometen una abominación y deben morir.
Los dos textos deben ser leídos en su contexto. En la legislación hebrea se ordena pena de muerte para quienes maldicen a sus padres, para los adúlteros, los incestuosos y los pecados de animalismo. Se considera igualmente abominable mantener relaciones sexuales con una mujer durante la menstruación. Por el contrario, se permite vender a la hija como esclava, poseer esclavos, tanto varones como hembras, siempre que se adquieran en naciones vecinas. Se establece la pena de muerte para quien transgrede el precepto del descanso sabático y osa trabajar el séptimo día. Se prohíbe acceder al altar a toda persona con algún defecto corporal. ¿Hay que interpretar estos textos en su sentido literal? Decididamente, no. Lo que estas prohibiciones quieren poner de relieve es el carácter peculiar del pueblo hebreo como pueblo de Dios, que se distingue del resto de los pueblos. La condena de la homosexualidad así como otras prácticas no se basa en razones sexuales sino en razones religiosas. El problema no se plantea en el terreno moral, sino en el de la identidad étnica y el de la pureza.

Yo creo que el conflicto o la incompatibilidad entre cristianismo y homosexualidad carecen de base tanto antropológica como teológica. Coincido con el teólogo holandés Edward Schillebeeckx en que no existe una ética cristiana respecto a la homosexualidad.
Se trata de una realidad humana que debe asumirse como tal sin apelar a valoraciones morales excluyentes. A mi juicio, no existen criterios específicamente cristianos para juzgarla. La incompatibilidad en el cristianismo no se da entre ser cristiano y ser homosexual, sino entre ser cristiano y ser insolidario, entre ser cristiano y ser homófono, o, como dice el evangelio, entre servir a Dios y al dinero.
La teología del matrimonio con la que operan de manera generalizada no pocas iglesias cristianas se elaboró en una cultura, una sociedad y una religión homófobas y patriarcales, que imponían la sumisión de la mujer el varón y la exclusión de los homosexuales de la experiencia del amor. Hoy se necesita reformular dicha teología, para que sea inclusiva de las distintas tendencias sexuales que deben vivirse desde la libertad, el respeto a la alteridad, dentro de unas relaciones igualitarias y no opresivas. Los teólogos y las teólogas tenemos aquí un papel importante que jugar, pero sin dogmatizar, sino desde la apertura a las nuevas investigaciones científicas en esta materia y desde la sensibilidad hacia los nuevos modelos de pareja, pero sin anatematizar a priori ni moralizar. Antes de juzgar, y en algunos casos de condenar, haríamos bien en salir del analfabetismo enciclopédico en que con frecuencia estamos instalados los cultivadores de la teología. Primero estudiar, informarse. Seguro que el juicio entonces estará más razonado y será más comprensivo y tolerante. El dogmatismo nunca ha sido buen acompañante de la reflexión y menos aún de los juicios morales.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
18/01/2006 19:05. Autor: ecleSALia.net

domingo, 19 de septiembre de 2010

Para Descargar el libro "El volcan Latino-Americano" de Autores Varios

Propósito general del libro
 
Proporcionar a lectores hispanohablantes un enfoque claro y sintético, destinado a no especialistas, del estado de las resistencias colectivas al neoliberalismo en América Latina, y también ofrecer una explicación de los principales retos, logros y contradicciones de los procesos sociopolíticos en curso, en particular acerca de la práctica de las izquierdas latinoamericanas y su relación con los movimientos sociales. Se trata de dar la palabra a universitarios e intelectuales "críticos", desde distintos campos científicos, ideológicos y también geográficos, ya sean latinoamericanos, europeos o estadounidenses. De hecho, esta obra no pretende una improbable "neutralidad científica": busca sobre todo informar desde la pluralidad, y también quiere entregar herramientas de comprensión a quiénes están en busca de alternativas a la globalización neoliberal en América Latina, como en el resto del mundo.
 
Dirigido por Franck Gaudichaud, este libro reúne los análisis de varios especialistas internacionales: Arturo Anguiano, Atilio Borón, Hervé Do Alto, Cédric Durand, Bernard Duterme, Jairo Estrada Álvarez, Thomas Fritz, Jules Falquet, Janette Habel, Claudio Katz, Edgardo Lander, Michael Löwy, Pablo Navarette, James Petras, Hélène Roux, Alexis Saludjian, Maristella Svampa y Eric Toussaint.
 
- Franck Gaudichaud es doctor en Ciencia Política, profesor titular en civilización latinoamericana en la Universidad de Grenoble 3 (Francia) y miembro del equipo editorial de la revista electrónica rebelión.org. Ha publicado varios artículos y dos libros en español sobre Chile y América latina. - franck.gaudichaud@u-grenoble3.fr

Sumario
 
Presentación
 
América Latina en movimiento
Franck Gaudichaud
 
Primera parte: ¿La “Patria Grande “? Acercamiento problemático continental
 
Estados Unidos y América Latina en tiempos de Obama. Las nuevas formas del Imperio
James Petras
 
Las multinacionales en América Latina: expansión, impacto y resistencias
Cédric Durand y Alexis Saludjian
 
ALBA contre ALCA. ¿Hacia una nueva vía para la integración regional?
Thomas Fritz
 
Movimientos indígenas en América Latina. Entre rebeliones y poderes
Bernard Duterme
 
Un análisis del movimiento feminista latino-americano y caribeño en la mundialización
Jules Falquet
 
Las reformas agrarias: ¿un desafío actual de las luchas sociales campesinas?
Hélène Roux
 
Segunda parte: Izquierdas latino-americanas y movimientos sociales. Un mosaico de
experiencias
 
Venezuela y el proceso bolivariano
Pablo Navarrete y Edgardo Lander
 
La “revolución” de Evo Morales o los caminos sinuosos de la refundación de Bolivia
Hervé Do Alto
 
Ecuador frente a la encrucijada
Matthieu Le Quang
 
Cuba en busca de un socialismo renovado
Janette Habel
 
La “mosca azul” del poder y el social-liberalismo. Cinco años de gobierno de Lula en Brasil
Michael Löwy
 
La Argentina de los Kirchner: sobre continuidades y dobles discursos
Maristella Svampa
 
El Chile de Michelle Bachelet: un país modelo
Franck Gaudichaud
 
México. Crisis política, elecciones y resistencias
Arturo Anguiano
 
Las piezas del puzzle colombiano
Jairo Estrada Álvarez
 
Elementos de debate. Socialismo del siglo XXI, democracia y
Crisis del neoliberalismo en América Latina
 
¿Democratizar la democracia? Reinvención democrática, neoliberalismo y movimientos
sociales en América Latina
Atilio Borón
 
América latina y la crisis global
Claudio Katz
 
Frente a la crisis del capitalismo mundial: el retorno de las alternativas
Eric Toussaint
 
Construyendo la integración desde abajo de los pueblo
Carta de los Movimientos Sociales de las Américas
 

sábado, 18 de septiembre de 2010

Consolidar la ruptura histórica realizada por el PT - por Leonardo Boff

Para mí el significado mayor de esta elección es consolidar la ruptura que Lula y el PT (Partido de los Trabajadores) han instaurado en la historia política brasilera. Derrotaron a las élites económico-financieras y a su brazo ideológico, la gran prensa comercial. Como es sabido, éstas siempre mantuvieron al pueblo al margen de la ciudadanía, en el duro lenguaje de nuestro mayor historiador mulato, Capistrano de Abreu, «capado y recapado, sangrado y resangrado».
Ellas han estado montadas en el poder durante casi 500 años y organizaron el Estado de forma que sus privilegios estuviesen siempre protegidos. Por eso, según datos del Banco Mundial, son las que proporcionalmente más han acumulado en el mundo y se cuentan, política y socialmente, entre las más atrasadas e insensibles. Son veinte mil familias las que controlan más o menos el 46% de toda la riqueza nacional, y el 1% de ellas posee el 44% de todas las tierras. No es extraño que estemos entre los países más desiguales del mundo, lo que equivale a decir, uno de los más injustos y perversos del planeta.
       Hasta la victoria de un hijo de la pobreza, Lula, la casa grande [de los patrones] y la senzala [de los esclavos] constituían los goznes que sustentaban el mundo social de las élites. La casa grande no permitía que la senzala descubriese que la riqueza de las élites estaba construida con su trabajo superexplotado, con su sangre y sus vidas, convertidas en carbón del proceso productivo. Con hábiles alianzas, barajaban de distintas maneras las cartas para mantener siempre el mismo juego y, graciosos, repetían: «hagamos nosotros la revolución antes de que la haga el pueblo». La revolución consistía en cambiar algo para que todo quedase como antes. De esta manera, abortaban la aparición de otro sujeto histórico de poder, capaz de ocupar la escena e inaugurar un tiempo moderno y menos excluyente. Entre tanto, contra su voluntad, irrumpieron redes de movimientos sociales de resistencia y de autonomía. Y este poder social se canalizó en poder político hasta conquistar el poder del Estado.
       Escándalo de escándalos para las mentes sumisas y alineadas con los poderes mundiales: un obrero, superviviente de la gran tribulación, representante de la cultura popular, un no educado académicamente en la escuela de los faraones, llega al poder central y devuelve al pueblo el sentimiento de dignidad, de fuerza histórica y de ser sujeto de una democracia republicana, donde «la cosa pública», lo social, la vida maltratada del pueblo ganase centralidad. En la línea de Gandhi, Lula anunció: «no vine para administrar, vine para cuidar; una empresa la administro, un pueblo vivo y sufrido lo cuido”. Lenguaje inaudito e instaurador de un nuevo tiempo en la política brasilera. «Hambre Cero», después «Bolsa Familia», «Crédito consignado», «Luz para todos», «Mi Casa, mi Vida», «Agricultura familiar», «Prouni», «Escuelas profesionales», entre otras iniciativas sociales permitieron que la sociedad de los despojados conociese lo que las élites económico-financieras nunca les permitieron: un salto de cualidad. Millones pasaron de la miseria sufrida a la pobreza digna y laboriosa, y de la pobreza a la clase media. Toda la sociedad se movilizó para mejor.
       Pero esta derrota inflingida a las élites excluyentes y anti-pueblo, debe ser consolidada en esta elección por una victoria convincente, para que se configure un «no retorno definitivo» y aquellas pierdan la vergüenza de sentirse pueblo brasilero así como es y no como les gustaría que fuese. Terminó el largo amanecer.
       Hubo tres miradas sobre Brasil. Primero, fue visto a partir de la playa: los indios asistiendo a la invasión de sus tierras. Segundo, fue visto a partir de las carabelas: los portugueses «descubriendo/encubriendo» Brasil. Tercero, Brasil osó verse a sí mismo y ahí comenzó la invención de la república mestiza étnica y culturalmente que somos hoy. Brasil hizo frente además a cuatro duras invasiones: la colonización que diezmó a los indígenas e introdujo la esclavitud; la venida de los pueblos nuevos, los emigrantes europeos, que substituyeron a indios y esclavos; la industrialización conservadora de substitución de los años 30 del siglo pasado, pero que creó un vigoroso mercado interno y, por fin, la globalización económico-financiera, insertándonos como socios menores.
       Ante esta historia tortuosa, Brasil se mostró resiliente, es decir, enfrentó estas visiones e intromisiones, consiguiendo dar la vuelta por encima y aprender de sus desgracias. Ahora está recogiendo los frutos.
       Urge derrotar a las fuerzas reaccionarias que se esconden detrás del candidato de la oposición. No juzgo a la persona, eso es cosa de Dios, sino lo que representa como actor social. Celso Furtado, nuestro mejor pensador en economía, murió dejando una advertencia, título de su libro La construcción interrumpida (1993): «Se trata de saber si tenemos un futuro como nación que cuenta en el devenir humano o si prevalecerán las fuerzas que se empeñan en interrumpir nuestro proceso histórico de formación de un Estado-nación» (p.35). Éstas no pueden prevalecer. Tenemos condiciones para completar la construcción de Brasil, derrotándolas con Lula y con las fuerzas que realizarán el sueño de Celso Furtado y el nuestro.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Jon Sobrino denuncia que el poder eclesiástico ‘ha traicionado a Jesús’ - por Juan G. Bedoya

El congreso de teólogos reclama menos silencio y más testimonio y compromiso
Jesús, el fundador cristiano, se alzó contra la casta sacerdotal de su tiempo. Los teólogos de la Asociación Juan XXIII lo hacen ahora contra el poder episcopal. Ayer lo confirmaron con un manifiesto en el que lanzan "un reto" a los creyentes en el nazareno crucificado cerca de Jerusalén hace algo más de dos mil años. "Se ha acabado el tiempo de los silencios. Son tiempos de testimonio, de compromiso, de avivar la fe en Jesús, de seguir sus huellas, de hacer nuestras las demandas de servicio y solidaridad con los más deprimidos, y de ayudar a implantar el reino de Dios entre nosotros como reino de justicia, de paz, de libertad, de igualdad y de fraternidad-solidaridad", proclama el mensaje final del trigésimo congreso de la organización.

Poco antes, el jesuita Jon Sobrino había dicho en su lección de clausura que "la Iglesia ha traicionado a Jesús". "Esta Iglesia no es la que Jesús quiso. Esta es la idea que tengo ahora, viejo y medio ciego, en espera de la muerte", dijo a los congresistas. Más tarde, en la colecta celebrada durante la eucaristía aportaron 17.000 euros, que se destinarán a proyectos de solidaridad con África, América Latina y Asia.

El paraninfo del sindicato Comisiones Obreras en Madrid se quedó pequeño para acoger a los pensadores cristianos convocados por la Asociación Juan XXIII para reflexionar sobre Jesús de Nazaret. Se esperaba. Nadie como el fundador cristiano concita en la Iglesia católica tanto entusiasmo y tanta polémica, desde quienes subrayan su faceta humana, radical, valiente, combativa contra los poderosos, y los que lo prefieren como un ser supremo y divinamente pacificador. Gran parte de las sanciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el viejo y siniestro Santo Oficio de la Inquisición, tiene origen en escritos sobre el famoso nazareno crucificado.

Para curarse en salud, el mensaje del congreso se inicia con una proclamación del Concilio de Calcedonia, del año 451. "Nos reafirmamos en la doctrina de que Jesucristo es perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre, por lo cual sus dos naturalezas, la divina y la humana, están unidas sin confusión".

Los teólogos funden así el Jesús histórico y el Cristo de la fe, pero no renuncian a sus principios, que tanto incomodan a sus obispos. "A la pregunta de Jesús a sus discípulos: 'Y vosotros ¿quién decís que soy?', creyentes católicos, ortodoxos y protestantes, en una manifestación de ecumenismo activo, han expresado la dimensión de la fe en un Jesús liberador, compañero de viaje, con plena actualidad para un mundo que sufre la violencia, la discriminación, la intolerancia, los fanatismos, los abusos hacia las clases más desfavorecidas, el hambre...", añaden.

Tampoco se olvida el manifiesto del discreto papel de las mujeres en la Iglesia romana. "Jesús abre una puerta de esperanza y produce seguridad, respeto y dignidad a la mujer en medio de una sociedad que con frecuencia la rechaza, y en la que los órganos de decisión y poder procuran convertirla en instrumento de placer o servicio, reduciéndola a un plano de subordinación con respecto al varón; todo lo contrario a la práctica de la lapidación o a la negativa a la ordenación de mujeres, considerada arteramente por la jerarquía como un grave delito, al mismo nivel que la pederastia".

Jesús mantuvo una relación de amistad con las mujeres, "en la que queda patente la complicidad y la sintonía", añade el mensaje. La teóloga Mariola López Villanueva, de la congregación de los Sagrados Corazones, había planteado antes que, quizás, en vez de preguntarse qué enseña Jesús a las mujeres, sería mejor preguntarse qué aprendió Jesús de las mujeres.
El congreso también aprobó un mensaje de solidaridad con el teólogo José Arregi, forzado a abandonar la orden franciscana por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Antes, los congresistas habían subrayado "la actitud dialogante, acogedora y respetuosa de Jesús ante los disidentes". Sobre el castigo a Arregi, se afirma que el ya ex franciscano "aceptó con humildad el silencio impuesto por la autoridad eclesiástica, pero se rebeló frente a la humillación de que fue objeto al ser acusado por el obispo de ser 'agua sucia". "Es antievangélico el comportamiento inmisericorde del poder eclesiástico contra creyentes sinceros testigos de Jesús con su vida y sus enseñanzas", concluye el congreso.

La resistencia de un testigo de mártires
Jon Sobrino, uno de los grandes de la Teología de la Liberación, conmovió ayer el corazón de los más de mil asistentes a la clausura del congreso de pensadores cristianos celebrado este fin de semana en el paraninfo de Comisiones Obreras, en Madrid. Nacido en Barcelona en 1938, en el seno de una familia vasca, el famoso teólogo jesuita había pasado gran parte de la noche anterior en un hospital y pronunció su discurso con voz quebrada. En una de sus manos era visible la jeringuilla que lleva a sus venas el suero que le ayuda a vivir.

En el punto de mira, desde hace décadas, de los inquisidores romanos por sus escritos sobre un Jesús demasiado humano, Sobrino es, además, un testigo de mártires, un superviviente de milagro. También a él lo buscaban los escuadrones paramilitares salvadoreños que, instigados por extremistas cristianos, entraron a tiros el 16 de noviembre de 1989 en la residencia de jesuitas donde vivía con otros siete compañeros. Murieron todos: Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno, Ignacio Martín Baró, Amando López y Joaquín López, y también la mujer, Elba Ramos, encargada de la casa, y su hija menor de edad, Celina. Él se salvó porque aquel día estaba en Tailandia dando una conferencia.

Estrecho colaborador del arzobispo de San Salvador Óscar Romero, asesinado también en 1980, Jon Sobrino se hizo jesuita a los 18 años y viajó a El Salvador en 1957. Más tarde cursó estudios de ingeniería en la universidad jesuita de San Luis, en los Estados Unidos, y de teología en Fráncfort del Meno, Alemania.

La Congregación para la Doctrina de la Fe (el viejo Santo Oficio de la Inquisición), lo ha molestado varias veces, hasta concluir en 2006, en una polémica Notificación aprobada por el papa Benedicto XVI, que en algunas de sus obras Sobrino "subraya en demasía la humanidad de Cristo, ocultando su divinidad".

* El País Digital

http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=50964

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Lo viejo agoniza y a lo nuevo le cuesta nacer - Por Leonardo Boff

Entre los muchos problemas actuales, los más desafiantes son estos tres: la grave crisis social mundial, el cambio climático y la insostenibilidad del sistema-Tierra.

La crisis social mundial deriva directamente del modo de producción que impera todavía en todo el mundo, el capitalista. Su dinámica lleva a una acumulación exacerbada de riqueza en pocas manos a costa de un espantoso pillaje de la naturaleza y del empobrecimiento de las grandes mayorías de los pueblos. Es creciente y los gritos agudos de los hambrientos y considerados «aceite quemado» no pueden ser silenciados. Este sistema debe ser denunciado como inhumano, cruel, sin piedad y hostil a la vida. Tiene tendencia suicida y, si no es superado históricamente, podrá llevar al sistema-vida a un callejón sin salida y hasta al exterminio de la especie humana.

El segundo problema grave esta formado por el cambio climático, que se revela por eventos extremos: grandes fríos por un lado y prolongados veranos por otro. Estos cambios sintetizan un dato irreversible: la Tierra ha perdido su equilibrio y está buscando un punto de estabilidad, que se alcanzará subiendo la temperatura. Hasta dos grados centígrados de aumento, el sistema-Tierra todavía es administrable. Si no hacemos lo suficiente y el clima aumenta 4 grados centígrados (como advierten algunos centros de investigación serios), la vida tal como la conocemos ya no será posible. Habrá un paisaje siniestro: una Tierra devastada y cubierta de cadáveres.

Nunca la humanidad como un todo se había enfrentado a semejante alternativa: o cambiar radicalmente o aceptar nuestra destrucción y la devastación de la diversidad de la vida. La Tierra continuará, con las bacterias, pero sin nosotros.

Es importante entender que el problema no es la Tierra, sino nuestra relación agresiva y poco cooperativa con sus ritmos y dinámicas. Tal vez al buscar un nuevo punto de equilibrio, ella se verá forzada a reducir la biosfera, implicando la eliminación de muchos seres vivos, sin excluir seres humanos.

El tercer problema es la insostenibilidad del sistema-Tierra. Hoy sabemos empíricamente que la Tierra es un superorganismo vivo que armoniza con sutileza e inteligencia todos los elementos necesarios para la vida a fin de producir o reproducir continuamente vidas y garantizar todo lo que ellas necesitan para subsistir.

Pero sucede que la excesiva explotación de sus recursos naturales, muchos renovables y otros no, ha impedido que ella consiga reproducirse y autorregularse con sus propios mecanismos internos. La humanidad consume actualmente un 30% más de lo que la Tierra puede reponer. De esta forma, no es ya sostenible. Hay crecientes perdidas de suelos, de aire, de aguas, de bosques, de especies vivas y de la propia fertilidad humana. ¿Cuándo van a parar estas pérdidas? Y si no paran, ¿cuál será nuestro futuro?

Esto nos obliga a un cambio de paradigma civilizatorio. Un cambio de civilización implica fundamentalmente un nuevo comienzo, una nueva relación de sinergia y de mutua pertenencia entre la Tierra y la humanidad, la vivencia de valores ligados al capital espiritual como el cuidado, el respeto, la colaboración, la solidaridad, la compasión, la convivencia pacífica, y una apertura a las dimensiones trascendentes relacionadas con nuestro sentido último, nuestro y de todo el universo.

Sin una espiritualidad, es decir, sin una experiencia radical del Ser y sin una inmersión en la Fuente originaria de todos los seres de donde nace un nuevo horizonte de esperanza, ciertamente no conseguiremos hacer una travesía feliz.

Nos enfrentamos a un problema: lo viejo todavía persiste y a lo nuevo le cuesta nacer, para usar una expresión feliz de Antonio Gramsci.

Vivimos tiempos urgentes. Las urgencias nos hacen pensar y los peligros nos obligan a crear arcas de Noé salvadoras. No nos conformamos con la actual situación de la Tierra. Pero aun así creemos que está a nuestro alcance construir un mundo del «vivir bien», en armonía con todos los seres y con las energías de la naturaleza, principalmente en cooperación con todos los seres humanos y en profunda reverencia hacia la Madre Tierra.

Leonardo Boff es autor de Proteger a Terra e Cuidar da vida: como evitar o fim do mundo, de próxima aparición (Record 2010).

[Traducción de MJG]

viernes, 3 de septiembre de 2010

La contaminación informativa - por Adolfo Pérez Esquivel

La vida de los pueblos está sometida a los impactos ambientales, a la contaminación auditiva y visual de la palabra y las ideas, es imponer el monocultivo de las mentes. Los avances tecnológicos se utilizan muchas veces, para el control de los medios de comunicación y así condicionar y manipular a los pueblos. Ningún medio informativo es aséptico, pero deben basarse en la ética y valores al servicio de los pueblos y no servirse de los mismos.
Una de las grandes conquistas de las luchas sociales fue la libertad de prensa, el derecho de informar y ser informado, pero los grandes monopolios económicos, ideológicos y políticos que controlan los medios de información han matado la libertad de prensa y quieren confundirla y reducirla a la libertad de empresa y no son sinónimos.
La contaminación de la palabra y la propaganda mediática han llegado a tal extremo que no permite ver con claridad donde está la veracidad informativa. La ética y búsqueda de la verdad están ausentes y prevalece la distorsión de la realidad. La CNN es el ejemplo de esa contaminación que sufren los pueblos. Su accionar en Irak es y fue para justificar la guerra, y difundir que ese país poseía armas de destrucción masiva. Algo semejante están armando actualmente contra Irán y otros países; y por otra parte ocultan las masacres y asesinatos de niños y población en Irak y Afganistán, donde los que dicen defender la “democracia”, se dedican al saqueo del patrimonio del pueblo iraquí, e implantan centros de torturas llevando a esa región destrucción y muerte. Se los acusa de “terrorismo islámico”, cuando los verdaderos terroristas son los torturadores y asesinos que invadieron esos países, violando los derechos humanos y derechos de los pueblos y todas las convenciones internacionales.
Los grandes monopolios informativos de Europa, EEUU y América Latina están en una fuerte campaña internacional para atacar y desprestigiar a gobiernos como el de Hugo Chávez, en Venezuela, acusándolo de tirano y de todos los males; ignorando en sus olvidos intencionados, que Chávez es de los pocos presidentes que se presenta a elecciones y el pueblo lo re-elige, por sus políticas sociales y trabajo en bien de los sectores más postergados.
Otro blanco mediático de esa campaña de desprestigio es el presidente Evo Morales, de Bolivia, quien debe soportar la campaña y acción de los medios concentrados de comunicación, contra un gobierno que ha buscado la integración y vida de los pueblos en un país pluricultural y nacional y ha tocado a los intereses económicos y políticos que siempre dominaron en Bolivia.
Las campañas mediáticas de los grandes monopolios informativos están dirigidas a la contaminación mental que debilite a los gobiernos progresistas. A través del tiempo vemos que lo mismo ocurre con Fidel Castro y el gobierno cubano; 50 años de resistencia y asombro en el mundo sobre los avances y capacidad de su pueblo, sus programas de salud, educación y lucha contra el analfabetismo y la pobreza.
Lo evidente es que Cuba es un pueblo solidario con otros pueblos más necesitados y los hechos hablan por si mismos. Desde hace mucho tiempo, antes del terremoto que asoló a Haití, Cuba envió médicos, educadores, técnicos para apoyar y trabajar solidariamente junto al pueblo haitiano, víctima de la pobreza, marginalidad, violencia social y estructural y de los desastres naturales.
Estados Unidos, como respuesta a las necesidades del pueblo haitiano, envió 20 mil soldados para controlar y someter al pueblo. Pero de esto no se habla, la intencionalidad de las campañas periodísticas es estar al servicio de los intereses económicos y políticos de los poderosos para someter a los pueblos.
Muchas acciones solidarias y hechos positivos son ocultados por los medios informativos. La presidenta Cristina Fernández Kirchner en su viaje a Europa, señaló, la crisis vivida por esos países y sugirió no aceptar la receta del FMI y del BM, advirtiéndoles las graves consecuencias sobre la vida del pueblo argentino y la crisis financiera.
La soberbia de los grandes medios de comunicación europeos se refirieron en forma despectiva y hablan de “esa señora que nos quiere enseñar que debemos hacer”. Sería bueno y saludable que presten atención a los consejos de la presidenta quien solidariamente les ha tendido la mano.
He hecho público y sostengo que la Ley de Medios Audiovisuales sancionada por el Parlamento es necesaria, ya que permite romper el control de los monopolios informativos y generar el pluralismo periodístico, y recuperar la libertad de prensa. La reacción de las corporaciones, como el Grupo Clarín, han desatado una campaña virulenta contra el gobierno acompañada por la voracidad de una oposición sin ideas, que busca únicamente golpear al gobierno y que tienen todos los medios a su disposición, como la pitonisa que anuncia toda clase de catástrofes, sin diferenciar los aportes y avances del gobierno, y señalando solamente sus errores y magnificados. Es preocupante para la vigencia democrática del país.
Con el tema Papel Prensa, empresa monopólica, se hace necesario investigar el accionar de la dictadura militar y a quienes han favorecido. La familia Graiver fue sometida a secuestros, torturas, cárcel y muerte, y le fueron apropiados sus bienes. El gobierno argentino ha iniciado una investigación para determinar responsabilidades. Maniobras similares a Papel Prensa, utilizó la dictadura militar para apropiarse de las empresas y recursos de los hermanos Iaccarino, víctimas de la violencia y la impunidad de esos años.
Al mismo tiempo, el gobierno, y lo he señalado en reiteradas oportunidades, no sabe y no quiere dialogar; es un gobierno de confrontación y agudización de los conflictos, se mueve con mucha soberbia y poco sentido político para resolver los problemas del país, a eso se suma las políticas provinciales de los señores feudales, que hacen lo que quieren y no lo que deben, y están llevando a las provincias a su desintegración, social, cultural, política y económica. Una cosa es el federalismo que comparte la integración y un proyecto de país y otra el feudalismo que lleva la desintegración nacional.
La política neoliberal que impulsa el gobierno no se ha modificado desde el menemismo que tanto daño hizo al país. Por el contrario se ha profundizado porque una cosa son los discursos progresistas y otra la realidad. El problema político y económico del gobierno y la Sociedad Rural Argentina, no son muy diferentes, simplemente la disputa está en quien se queda con la parte mayor de la torta. Basta tener presente que el gobierno no hace nada para frenar los daños ambientales y los agro-tóxicos, ni la explotación de la megaminería con su desastres y daños para la salud de las poblaciones y sus economías regionales y familiares.
Por otra parte debemos tener presente que el gobierno, en sus contradicciones, ha avanzado en diversos campos sociales. Sería importante para el país que las fuerzas progresistas, opositoras al gobierno presenten alternativas al modelo imperante, en lugar de desgañitarse con críticas que no van a ningún lado.
Los desafíos son enormes y se necesita reprensar el país, generar un nuevo contrato social que permita avanzar en la construcción democrática y la vigencia de los derechos humanos en su integridad.
La libertad de prensa permitirá mayor conciencia crítica y el fortalecimiento de valores éticos, sociales, culturales y políticos. Superará la contaminación informativa y así poder repensar el país que queremos.

Buenos Aires, 1º de septiembre del 2010


jueves, 2 de septiembre de 2010

Presentación

El sentido de iniciar este blog, es continuar una actividad que había comenzado a desarrollar anteriormente, por la cual intercambiaba articulos que me llamaban la atención con algunos escritos propios, todo dentro de muy variadas temáticas.
Temas como política, sociología, religión, espiritualidad y literatura están dentro de mis intereses. Pero sobre todo me interesa todo aquello que busque confrontar los planteos de "pensamiento único", tan generalizados en esta posmodernidad occidental.
"Cuestión de Cuestiones" he querido llamar a este blog, porque para mí el cuestionar y el cuestionarse deben ser principios fundantes para el desarrollo personal.
Cuando uno se enfrenta a sucesos o pensamientos que nos llegan a través de los múltiples canales de comunicación que esta sociedad dispone, debemos posicionarnos desde alguna actitud, si no lo hacemos así nos sentimos oprimidos y desconcertados. La actitud que intento tener frente a esta realidad es la del cuestionamiento como método y ese camino abre la puerta al propio cuestionarse para crecer.
Espero lograrlo, espero que lo logremos entre quienes puedan compartir estas palabras.