lunes, 30 de julio de 2018

Sobre la editorial del diario La Nación acerca del martirio de Mons. Angelelli


En el día de hoy, el diario La Nación, publica una editorial sin firma en la que se cuestiona la anunciada beatificación de Mns. Enrique Angelelli en los próximos días.
               
Para quienes no la han podido leer, pueden hacerlo viendo este link del diario: https://www.lanacion.com.ar/2157470-una-beatificacion-de-tono-politico-ideologico

Comienza con toda una definición: “Monseñor Angelelli de ninguna manera constituye el modelo de ejemplaridad cristiana que la Iglesia exige para iniciar un proceso de canonización”. A partir de allí, con una serie de inequidades, mentiras y aseveraciones cargadas de un odio, que pensaba ya terminado con el paso de los años en democracia en nuestro país, intenta demostrar la incorrección del proceso canónico abierto.

Como el/la que escribe parece querer hacernos ver sus conocimientos en eclesiología y de la política argentina, tomo el “guante” de la discusión y respondo: si quiere hablar de teología, hablaremos de teología; y si quiere hablar de política, pues, hablaremos de política.

“Aun si hipotéticamente fuera un asesinato, Angelelli no hubiera sido mártir por defender la fe”, dice el artículo. Esta persona, decide desde su sillón, quien es mártir y quien no para la Iglesia Católica. “Un mártir (del griego «μάρτυς, -υρος», «testigo») es una persona que sufre persecución y muerte por defender una causa, generalmente religiosa, o por renunciar a abjurar de ella, con lo que da «testimonio» de su creencia en ella.” (tomé la definición de mártir de Wikipedia, para que sea accesible a todos). Si prefieren alguna definición más acotada al ámbito católico puede tomarse la del Catecismo de la Iglesia Católica entre los N° 2471-2474.

Como puede verse, la centralidad del concepto de martirio está en “persecución”. “muerte” y “testimonio de fe”. Todos ellos, cumplidos largamente en el caso Angelelli. La justicia determinó que no fue un accidente la causa de su muerte. Fue publica la persecución sufrida de manos de las familias poderosas de La Rioja, quienes en diversas oportunidades pidieron al Comodoro Estrella, quien era el “hombre fuerte” designado por el gobierno militar en esa provincia, ´para que acabara esa voz que “taladraba” su conciencia en sus condenas a la situación imperante en la provincia y el país.

Pero claro, y acá empezamos ha hablar de política, esos poderosos que querían un Obispo silenciado son los mismos a quien representa este diario históricamente. Son aquellos que no dudan en mentir para seguir dominando a nuestro pueblo, creyendo que aún tendrán la complicidad de un episcopado que ya no es el mismo que cayó y hasta avalo las mentiras en el caso Angelelli, y que ahora cambió. Ya no mas los cómplices del poder opresor en la conducción de la Iglesia en la Argentina, y por tanto, ya no más aquellos que quisieron ocultar el asesinato de un hermano para no ofuscar a aquellos con quienes compartían ideales y que en ese momento gobernaban.

Pero, más allá del contenido ideológico, el artículo está plagado de mentiras. La cámara federal de Córdoba, con jurisdicción sobre el juzgado federal de La Rioja, determinó que la investigación desarrollada y citada por el editorialista, era nula y ordenó una nueva investigación, de la cual surge la condena a Menéndez y a Estrella. Además, decir que la hipótesis del asesinato surge a partir de una denuncia realizada por Fray Antonio Puigjané en el año 1988, es una falaz y tendenciosa mentira. Su familia, sus amigos y sus fieles, llevaron adelante causas judiciales, desde el primer momento, en donde denunciaban su asesinato. Tenemos el ejemplo del Centro Tiempo Latinoamericano, que, desde su fundación a inicios de la década de 1980, desarrolló una incesante actividad de esclarecimiento sobre el martirio de Angelelli, y eso es material de consulta desde la aparición de su primer publicación en octubre de 1982.

La cita de injurias hacia quienes defendieron la denuncia del asesinato, como así también la cita de testigos comprados y judicialmente rechazados, dejan ver lo tendencioso y agraviante de esta editorial publicada en uno de los diarios de mayor tirada del país.

Creo entender lo que está sucediendo. Es la continuación, por elevación, de la campaña llevada a cabo por los medios oligopólicos contra el papa Francisco y su teología pastoral comprometida con los pobres, desvalidos, sufrientes y expulsados de un capitalismo ya insostenible y del que el diario La Nación quiso ser siempre su representante.

Pero deben darse cuenta de que la Iglesia ya no es su cómplice. Buenos tiempos pasaron cuando algunos obispos o cardenales apoyaban sus interrupciones institucionales y cubrían con un “manto piadoso” sus barbaridades, tanto en el aniquilamiento de sus opositores como en desarticular los reclamos de aquellos que sufrieron las consecuencias de sus políticas. Hoy es el tiempo de una Iglesia para la periferia, que se preocupa de los que sufren y no de los que oprimen, porque no son estos a quienes Jesús vino a redimir. “Felices los pobres…” Esa es la base del Evangelio del amor y esa es la Iglesia que hoy ha renacido y que está en los corazones de los jóvenes y de los pobres que se ven amparado en ella.

Por ello, cansado de mentiras y desprovisto de odio, le pido a quien escribiera la editorial sin firma que abra su corazón y se deje cubrir con el verdadero espíritu del amor que sólo actúa si somos sinceros de corazón. Deje que el Señor actúe en usted y verá lo hermoso que es vivir sin odios y abierto a los hermanos que sufren, porque, le recuerdo, de ellos es el reino de los cielos.

Prof. Jorge Gerbaldo
                                                                                                                                   30/7/2018