martes, 14 de abril de 2015

Reflexiones a partir de la Carta Abierta al Papa Francisco de Alfredo Leuco

En estos días, nos encontramos bombardeados por los medios de comunicación con el contenido de una “Carta abierta al Papa Francisco”, que le dirigiera el periodista Alfredo Leuco[i].

Este periodista, que se autonomina como fiscal de la Patria, desarrolla de modo totalmente incoherente, una serie de estupideces respecto a la visita programada por la presidenta Cristina Fernández al Vaticano en el mes de junio, cuando será recibida por el Papa Francisco.

Mezcla cosas que una persona culta no debería mezclar, pero sobre todo, intenta hacer uso del espacio que posee en los medios de comunicación en que trabaja para desacreditar un encuentro entre dos líderes (que lo son, nos gusten o no) y transformarlo en un acto de campaña de la Presidenta.

Pero lo más increíble es el uso que se intenta dar, en el contexto de un enfrentamiento entre sectores empresarios y políticos a cierta religiosidad, o por lo menos, respeto por los liderazgos religiosos, que el ciudadano medio argentino tiene. Y en este caso, aumentado o re-ligado, a partir del hecho de que el Papa sea argentino.

Es por esta utilización, que pondera exageradamente la persona del Obispo de Roma. Lo hace hasta el extremo de llamarlo “el argentino más valioso de todos los tiempos”, cuando sin dudas no lo es. Y con esto no busco disminuir la figura de Francisco, ya sabrá él lo que debe hacer para ser un buen Pastor. Pero no creo que sea más importante para la Patria que San Martín, Rosas, Belgrano y tantos otros que podemos nombrar.

Es más, le asigna cualidades que no tiene, o por lo menos no ha manifestado. Él tiene aún mucho por hacer y por decir, pero es una carga de su propio apostolado, de su organización, no es una urgencia del Estado y mucho menos del argentino, las reformas que deberá darse en su propia religión.

Lo que sucede es que Leuco hace un mal uso del concepto de religión. Sin ser cristiano católico, cree que la Iglesia debe actuar sobre el poder político para “ponerlo en línea”. Pero en su necedad opositora, no se da cuenta que el tiempo en que la Iglesia debía marcar los caminos que el Estado debe recorrer, corresponde a un modelo social, el de la cristiandad, que ha sido superado, si bien no por toda la Iglesia, sí por la organización social.

Uno es cristiano y vive según la fe que profesa. Pero no debe intentar imponer en esta sociedad multicultural su forma de ver el mundo. La riqueza de estos tiempos de posmodernidad, está centrada en que en la cultura de cada sociedad confluyen valores, creencias, no-creencias y vivencias tan variadas como personas que piensan el quehacer nacional. Ya hemos vivido épocas en la Argentina en que nos enfrentábamos porque un sacerdote decía en un sermón que algo estaba mal, y sin ningún espíritu crítico salíamos a condenar al anatematizado. Hoy, gracias a Dios, el ciudadano debe pensar sus opciones mirando al hombre que tiene al lado, para entre todos lograr construir una opción social compleja y abarcativa de las necesidades de la comunidad.

Pero los exabruptos no acaban acá. Carateriza al actual gobierno de Argentina, como el más corrupto y el que instaló el odio como ningún otro. Digo que es un exabrupto, dado que debe partirse de un hecho fundamental, que es saber leer la historia argentina. Luego de la dictadura militar (1976-1983) en donde el plan sistemático de desaparición de personas, asesinatos y robos de criaturas, fueron monedas corriente, nunca puede decirse que ningún gobierno fue peor que aquel.

Pero pareciera que esto no importa a aquellos que se enfrentan hoy con el gobierno nacional. Puede decirme quien quiera que no está de acuerdo con este gobierno. Pueden decirme que cada acto de gobierno es malo, lo que nadie puede decirme es que sea peor que la dictadura militar. Sólo desde el desprecio propio por la democracia puede pensarse que un gobierno elegido por el pueblo, en pleno uso de su derecho a gobernarse, puede ser peor que una dictadura.

Por todo ello, lo que quiere plantearse casi como un juego de periodistas en busca de llamar la atención, visibiliza formas específicas de considerar la relación sociedad-religión y un modo especial de mirar la historia. A la religión los hombres debemos asumirla como algo personal y a los liderazgos sociales o políticos como un medio para transformar la comunidad.

En definitiva, la reunión de junio, será entre dos líderes, nos guste o no, y tendrá el carácter de reunión cumbre, del que esperamos surja lo mejor para la sociedad. Quien gane las elecciones de octubre no lo hará a partir de una foto u otra, sino como resultado de la voluntad de las mayorías. Tal vez esa noche no me quede contento por la elección, pero habré ratificado mi total adhesión a la democracia como forma de elegir a mis gobernantes.

JORGE GERBALDO
14/4/2015



[i] http://ledoymipalabra.com/?p=1373

1 comentario:

  1. Felicitaciones Jorge Gerbaldo por tu nota que nos representa a muchos cristianos católicos y Argentinos. Es un artículo inteligente y respetuoso con la pluralidad que existe hoy en el mundo. Yo le hubiese agregado que en lo único que tiene razón el Sr. Leuco es que "es un insignificante periodista y que no es nadie para dar consejos y menos a su Santidad". Un abrazo desde España. Juan Carlos Molina Liendo

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