PAPA
FRANCISCO. LATINOAMERICA
“Papa
Francisco. Latinoamérica. Conversaciones con Hernán Reyes Alcaide”
Editorial
Planeta. Buenos Aires.
Primera
edición noviembre de 2017.
El autor de
la presente obra, el periodista argentino Hernán Reyes, actualmente se
desempeña como corresponsal de la agencia Telam en el Vaticano. Desde esa
función, es un habitual participante de los viajes pastorales del papa
Francisco, cuando éste sale de Italia.
Lleva
adelante, según él mismo explica, una serie de encuentros con Francisco en la
casa de Santa Marta, residencia del pontífice en el Vaticano, durante los meses
de julio y agosto de 2017. Como fruto de esas conversaciones nace este libro
que traslada el amplio conocimiento que tiene Su Santidad de la realidad
latinoamericana, no solo la eclesial, y el profundo compromiso con estas
tierras, nacido ya por los tiempos de la Conferencia de Aparecida.
Estructura la
obra a partir de una introducción realizada por el mismo Papa Francisco y seis
capítulos que intentan abarcar los temas centrales de la situación
latinoamericana en la segunda década del siglo XXI. Por último, un anexo de
discursos y documentos pontificios seleccionados especialmente sirven de
apoyatura a las definiciones que contiene.
Los capítulos
son:
1.
El recuerdo de Aparecida diez años después.
2.
El enfoque social hoy: Jóvenes, mujeres y
detenidos.
3.
De la región al mundo: Ecumenismo y diálogo
interreligioso.
4.
El “identikit” del político católico
latinoamericano.
5.
Sociodiversidad y defensa del ambiente.
6.
Los desafíos y aportes de la religión.
Al leer esta
extensa entrevista, tan variada en su temática, se logra acceder a un compendio
del pensamiento social de Francisco. Un pensamiento innovador para la Iglesia,
aunque no novedoso para Latinoamérica. Todo parte de su participación en la
presidencia de la comisión redactora de la V Conferencia de Obispos de América
Latina y el Caribe desarrollada en el santuario brasilero de Aparecida en 2007.
Allí logra advertir una especie de panorámica del pensamiento eclesial,
recibiendo los aportes de las conferencias episcopales de todos los países que
descubren sus propias preocupaciones, realidades y virtudes. Este bagaje que
adquiere en ese encuentro, sumado a la reflexión del pensamiento de su amigo
Methol Ferré y los aportes del P. Víctor Manuel Fernández, su asesor en ese
encuentro, van dando forma a la transformación de Bergoglio en Francisco.
Desearía
rescatar tres conceptos que resaltan del texto: el anticlericalismo como modo
de comprender a la Iglesia; Aparecida como el documento liminar de la nueva
Iglesia que necesitamos y la caracterización de la política latinoamericana y
sus responsabilidades.
Clericalismo: Francisco ve a la Iglesia
“de funcionarios” como la raíz de su crisis actual. “El clericalismo siempre
supone una separación del rebaño. Es el asalariado del Evangelio. Cuida el
rebaño, pero si viene el lobo se escapa. El asalariado no ama al pueblo… Hay
síntomas y pecados del clericalismo. El pueblo de Dios le puede perdonar a un
cura muchas fallas y hasta pecados. Es como si no le diera importancia, aunque
sabe que está mal. Pero ese pueblo fiel no te perdona si maltratás a la gente o
si juntás dinero. Tiene olfato. Ahí hay dos rasgos de clericalismo: la
distancia con la gente, como si el pastor fuera el patrón, y la plata, esos que
cobran todo, o que se muestran aferrados al dinero”[i].
Del mismo
modo se expresa sobre la inclusión de la mujer en la Iglesia, rechazando el
reclamo funcional (la ordenación femenina), ya que eso es insertarla en un
esquema clerical, cuando debe ocupar un lugar innovador en el corazón del
pueblo cristiano.
Aparecida: Francisco rescata, ante todo
que fue la primera reunión del Episcopado latinoamericano realizada en un
Santuario Mariano, con la fuerza de la presencia de la Madre en todos los
debates y la participación popular en las celebraciones al final de cada
jornada. Esta presencia de la gente les transmitió un “cable a tierra” que
permitió afrontar los desafíos con la audacia que aporta el apoyo popular. “…Aparecida
no terminó con el libro que reúne sus conclusiones, sino que terminó con una
acción conjunta, la Misión Continental, o sea con un hecho. Eso la diferencia
mucho de las otras”[ii].
Política: El Papa, ve en la
corrupción un problema de tal gravedad en la acción política de nuestros
países, que insiste en darle un carácter diverso al pecado. Los distingue
teológicamente, pero sobre todo psicológicamente.
“El pecador es una persona que conoce límites, que tiene
equivocaciones. Hay un nivel de autocrítica o de penitencia en el plano
teologal que lo va salvando continuamente. Sí, soy un desastre. Ya está. Se
calificó bien y por lo tanto le da dignidad de pecador. Tiene conciencia humana
de que se equivoca: equivocarse es humano. En cambio, el que es corrupto pierde
esa brújula. Y se resbala, no se da cuenta. Se va como acostumbrando a respirar
otra atmósfera, viciada. Se olvida de cómo es el aire fresco del espíritu, sus
horizontes. Y vive en otro mundo, del que difícilmente sale”[iii].
Este libro presenta a un Papa Francisco
cercano a los argentinos. El hecho de que quien lo entreviste lo sea, le da una
familiaridad en la mención de anécdotas y citas, que logra que quienes conozcan
la vida política e intelectual de Argentina, lo lean con la naturalidad de
quien escucha una charla de café. El exponer vivencias, discursos escuchados,
políticas vividas, hace que a quienes lo leemos nos resulte familiar y ameno.
Pero esta familiaridad no nos deja fuera de
profundas reflexiones que tienen carácter universal. Sus expresiones sobre la
política y la ecología, sobre la sociodiversidad y el rol de la mujer en la
sociedad y en la Iglesia, al igual que su condena a la política corrupta, pone
en la mesa discusiones y posturas que desarrolla permanentemente en su
catequesis y su Magisterio.
Es una obra que muestra a Francisco en su
mejor momento, con su compromiso asumido por una Iglesia formando parte del
mundo moderno y conflictuado, que seguramente dará pasto a sus críticos (que
los tiene), pero que ratifica la sencillez y la claridad de su mensaje para
todo el mundo.
Prof. Jorge Gerbaldo
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